En hogueras transparentes.
Tierno desenfreno de madera
Vieja humeando en la Gran Noche.
Certeza húmeda de ebrio consuelo.
O ebria certeza de húmedo consuelo
Cuando, del corazón de las llamas,
Corpórea medusa, aparezcas
Del más deseado infierno.
Entonces, alzándome con tentáculos
De acero, me abducirás,
Llevándome en veloz vuelo
A la cumbre de las estrellas
Donde, despojándome de temores,
Me harás tuyo.
Llegará la mañana. Mañana...
Cuando el sueño me deje volveré
Al mundo de los humildes.
No te recordaré.
Ni nunca sabré con certeza,
Si te consumiste por mí.
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