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domingo, 12 de abril de 2015

MAÑANA

MAÑANA

   La mañana me sorprende. Gris como un huevo de Pascua despintado. Por las rendijas de la persiana, todavía bajada, entra a escondidas un aire frío que me desvela. Entre los dibujos de la colcha de punto de ganchillo que la abuela me tejió cuando era un niño raquítico y enfermizo, cliente habitual del practicante y de sus inyecciones de penicilina sin cambio de aguja, vislumbro el boceto de tu rostro y tus ojos mirándome. No es más que un espejismo y lo sé. Pero no puedo evitar imaginar que es verdad. Que yaces a mi lado, traviesa, y me abrazas en silencio, respirándome. Que te susurro aquellas palabras que permanecen latentes esperándote.

   Me levanto, perezoso. Hoy es fiesta aunque no lo parezca. Subo la persiana que chirría en un gemido que se convierte en aullido. Tendré que engrasarla. Heladas gotas de niebla imperceptible anegan los pétalos marchitos de aquel geranio olvidado. El sol se hace de rogar, hoy. El gato se estira y bosteza y salta al alféizar de la ventana a curiosear. No se queda mucho tiempo. Maúlla un poco pidiendo comida: "mau, maau" y sé que solamente quiere jamón york, que no comerá nada más antes. Aún hace frío pero, terco, camino descalzo hasta la cocina; abro la nevera y saco el brik de la leche y dos lonchas de jamón cocido, - siempre he dicho jamón york pero parece que no hay que decirlo así- una para mí, la otra para el gato, que se me mete entre las piernas y frota la cabeza en mis tobillos desnudos. Voy a cambiarme de ropa y hacer hacer un pis. Agarro el móvil y miro las horas que mis contactos más cercanos han entrado en el whatsapp. Repaso la conversación de ayer por si he metido la pata y he dicho tonterías o inconveniencias y tengo que pedirte perdón. Mientras tanto, la cafetera resopla vapor de café negro y la tapa de aluminio amarillento se abre y se cierra en un clap-clap, como un jadeo de pez fuera del agua. Me  tomo el café pensando en ti, que te escondes dentro de los puntos deshilachados de la colcha de la abuela. Hago la cama, cierro la ventana y, subiendo la persiana hasta arriba porque hoy no va a llover, me voy, dejando al gato acurrucándose un lado de la cama, calentándolo para ti con su cuerpo por si quisieras venir. 

lunes, 6 de abril de 2015

ZOMBIES

ZOMBIES

   Zombies desmenuzando las aceras de baldosas borradas por el tiempo.  No ven más allá de sus ojos. Avanzan maquinalmente sin detenerse jamás. No sienten, no sufren, no aman. No saben que lloro en cada rincón donde puedo detenerme para respirar. No saben que desinfecto mis srodillas cuando encuentro un portal abierto y me puedo sentar a cubierto en sus escaleras. Saco las gasas y la pizca de yodo que todavía tengo y, con cuidado, retiro la piel que rodea las heridas. Hace tres días que caí en ese peofundo bache lleno de barro y lluvia sucia. Tuve suerte de pelarme sólo las rodillas. A duras penas pude salir. Arrastrándome patéticamente pude entrar en una casa cuya puerta permanecía abierta. No encontré a nadie. Abrí todos los grifos. Todos secos. Hace meses que no sale agua de ningún grifo. Lo sabía y, aun así, no fui capaz de no intentarlo.

   Ya no bebemos agua, ya no tenemos lágrimas.

   Ya sólo podemos pensar en sobrevivir. También nosotros somos como ellos. Igualitos que los zombies. Ellos no aman porque están muertos. Nosotros morimos porque no nos atrevemos a amar. Y el tiempo transcurre imparable y nos pasa por delante aplastándonos  y diciéndonos que ya es tarde. Que no nos queda tiempo suficiente para volver a empezar. Y me rebelo. Y me sublevo ciegamente porque todavía no es la hora. Y en un último esfuerzo salgo a la calle y me enfrento a los rostros ensangrentados que me persiguen día y noche. Les digo que no son de verdad. Que sólo los imagino, intentando marchitar mi corazón y que sus risas y aullidos ya no me asustan. Es entonces cuando se difuminan en el aire pesado y polvoriento de las calles y de las plazas. Que desaparecen dentro de nubes rojas y negras que revientan como globos hiperventilados,
elevándose a gran velocidad hasta ser devorados por los dragones buenos que viven en la estratosfera y nos vigilan y nos cuidan como ángeles de la guardia. Y no nos dejan hacernos daño. Ya sin miedo, te busco por las avenidas desiertas por si quieres acompañarme, sin saber si te encontraré ...
   

viernes, 3 de abril de 2015

IMAGINAR LA MISMA LLUVIA

A menudo pienso
Que se acabó para siempre
La lluvia.
Que ya ninguna húmeda cueva
Guarecerá mis anhelos
Cuando me queme el sol
Sin piedad
Deshilachando mi piel
Con sus afilados 
Dientes de fuego.

Imagino una pasión inesperada
Darlo todo y soplar fuerte
Sentir el mordisco de una grieta
Y no saber qué cosas 
Me hacen correr 

Y no saber qué hacer

Dejarlo todo por ti
Si un día me lo pides
Todo
Nunca guardarme nada
Anhelar sólo un suspiro,
Juntos,
Del mismo aire.

El mismo vidrio, 
La misma lluvia, 
La misma alegria
De un llanto esperanzado.
El mismo camino,
La misma imagen 
De tus ojos acompañándome.

SI UN DIA


Si un día la corteza 
De tu recuerdo 
Me visita a oscuras 
No pienses que soy 
Inmune ni transparente

Si un día no me quieres más 
Cerca de ti, a tu alrededor, 
Encima de ti, dentro de ti 
No me digas 
Que no me deseabas.

Si un día las noches terminan 
Recordaré siempre el sol 
De tu sonrisa 
Aunque el inmenso luto 
Me agujeree para siempre 
Los ojos tristes.