Que de noche no te encuentro
Porque la siesta te pertenece.
Pizca de sol
Entre sábanas vírgenes
Perezosa ternura
Meciéndose insolente.
En la inmensa planicie,
Acostado cerca del río,
Afilo mis garras
Esperando que un instante
De debilidad te haga recordar
Mi presencia.
Me acerco sigiloso
Bajo la luna encendida
Respirando la mudez
Profunda de la noche
Te rodeo, te escucho,
Esparzo en la noche
Mi olor animal.
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