Después de permanecer
Fundido
En un pliego de tu cuerpo.
De ser una chispa de cielo
En el punto más caliente
De las piernas abiertas
De la fiebre.
Delirar
Con tu nombre en la frente
Sin saber cuantas horas,
Cuántas rendijas abrirás
Sin herirme.
Averiguar la certeza
Del dolor de mis ojos
En cada instante de oscuridad.
Tamizar tu mirar lloroso,
Dudar sin miedo ni añoranza
Hasta ver claro el atasco
Y perdernos perezosos
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