HUMILLADA
Recoges la piel sobrante.
Te la vistes de nuevo
mientras el sol te quema
las entrañas.
Humillada,
él lleva todo tu odio,
y no escapará.
VOCES
Vuelvo a callar la voz
para siempre
y el engaño me acoge,
como siempre,
deseando hacerme deudor
de los afanes
que nos decíamos ayer
sin saber nada
todavía.
Vuelve el pensamiento
a fluir pesado, lento,
para ti, siempre igual.
Te imagino diferente
y no puedo dejar
la hora hallada,
capaz, indiferente,
como todas las horas
del mundo.
Y me dejo cerrar los ojos
por el sueño, que no ensueño
difuso, ausente.
Y trenzo la noche entre
bostezos, que no suspiros.
Inquietudes salvajes
que desvelan viejos
futuros de sernos.
Viejos futuros de nada ...
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