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sábado, 21 de septiembre de 2013

CABALLOS


CABALLOS

   Sé que busco en vano caballos de rojos pelajes huyendo miedosos de la hierba seca.
Te veo con ellos desnuda cabalgando tras las ventanas de los versos que te escribí.  
   Sé que ya no miras mis vergüenzas ni exprimes los recuerdos que de mi conservas, esparcidos en agua sucia, salada de azufre que hierve entrañas adentro. Sé que te ahoga respirar mi nombre en las largas madrugadas que jamás terminan...
 
  Sé que la calima de tus ojos únicamente precede al último espejismo de aquellos días en la cueva, cuando no queríamos salir, cuando nos calentábamos los fríos y no éramos más que ígneas estrellas fundiéndose en un único agujero negro .. . Nuestro agujero negro ... Y que el fin del mundo no acontecerà sin esperarnos...

   Y sé, como tú sabes, como ambos sabemos, que no tenderemos más la ropa sucia al salir perezosos de la cama cada mañana después del amor; cada mediodía de resaca, taciturnos por mil actos furtivos, con los zapatos en las manos;  cada tarde de siesta húmeda de halagos y masajes hiperbáricos en abrazos sollozantes; cada noche, en fin, que repetíamos las noches pasadas, las noches urgentes, las noches insomnes, las noches terrosas de caldos compartidos, de fluidos mezclados y sabores desmenuzados en pizcas de estremecedoras gotas de sudores enjuagados...

   No quiero saber, sin embargo, que nunca volverás a pasear el vientre por mi espalda cuando me creas dormido; ni jugarás con el musgo de mi pecho mientras miras por la ventana las estrellas que velan la luna llena; ni me ofrecerás los lunares de tus pechos cuando me veas con hambre; ni tus labios buscarán en la oscuridad de las sábanas la
humedad de mi latido retenido, esperándote para llenar de lujuria desatada tus rincones hasta ahora míos...

   No quiero saber, no, que el recuerdo del sol escondido sin querer salir, avergonzado de encontrarnos aún con el amor puesto, ya tan sólo será olvido. Ya no soñaremos juntos que la mañana nos encontrará abrazados ni abriremos los balcones para que todos nos vean amantes y nos envidien con desazón y sin remedio...

   Ya no quiero saber nada, nada ...

   Tan sólo sé, seguro, que me acompañará siempre tu recuerdo; que estés donde estés, ames a quien ames, te des a quien te des ... siempre una sonrisa de melancolía masticada llenará tu rostro cuando me pienses , cuando me sueñes... Siendo, solamente, recuerdo prisionero en una nube de cartó piedra..