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jueves, 13 de diciembre de 2018

SÍ, QUIERO

SÍ, QUIERO

Llegó, agazapado, el silencio. Se escondió en todos los rincones de la casa, asomando de vez en cuando la nariz por los umbrales de las puertas, respirando en el pasillo, aullando en la habitación a oscuras cuando se acostaba. Ayer aún había un resquicio para la esperanza pero nada cambió el guión. Esperó durante años ese momento en que seria libre mas ahora la libertad se presentaba apabullante y oscura. 

   Con la niña colgando del brazo caminó solemnemente los treinta metros hasta el altar mayor. La dejó junto a Javier, ámbos un escalón por debajo del sacerdote quien con una chillona voz aguda pronunciaba los votos para que la pareja los repitiese mirándose a los ojos, las manos entrelazadas. Uno de los anillos rodó bajo los primeros bancos y Pepe lo recogió y se lo entregó a su hija, su niña.

El resto del día transcurrió rápida y vaporosamente entre comida, lágrimas, baile y mucho licor y felicidad. Los chicos desaparecieron antes del vals. Pepe se acostó pronto en su vieja cama vacía desde hace años cuando ella se fue debajo de aquel autobús. Vacía como la casa ahora que se le llevan los ojos. Como su corazón vacío...

domingo, 19 de agosto de 2018

DESTROZOS



Destrozas tus uñas
Contra la pared
Difusa
Extravagante muro
De pésame y negación
Preclara
Que insufla llamas
Amarillas, rojas, azules
En los intestinos
De la apatía

Desmontas 
Los puzzles entumecientes
Confusos
Destellos de luz 
En un átomo raído
Neutro
Que se apaga en la oscuridad
De las mantas cuadriculadas
En el estómago
De la ignorancia

Descarados
Los gamberros pensamientos
Susurran engaños
Cepos
De ropa tendida
Antes de la tormenta
Te desmientes como siempre
Con un deseo añorando
La esperanza.

sábado, 18 de agosto de 2018

EL HIJO DEL TAXIDERMISTA

TXAC!!

El chasquido  de los guantes de látex al ajustarlos a las muñecas siempre le producía escalofríos de placer, igual que los instantes previos a un orgasmo. Debía hacerlo mejor esta vez. Era muy perfeccionista y el último trabajo no había acabado de convencerle. En esta ocasión alargó unos minutos el tiempo de congelación, manteniendo la temperatura. Una vez despellejado el cuerpo se dedicó a alisarlo concienzudamente con una pequeña y precisa amoladora pensada par tal menester hasta dejar reluciente toda la piel. También aumento mínimamente el tiempo de inmersión del cuerpo. La aguja del temporizador oscilaba rápida y convulsivamente en un epiléptico tembleque.

-Ya está- se dijo Abel.

Sacó el cuerpo de la piscina de escayola y lo dispuso de pie sobre el escalón más alto del pódium que presidía la habitación. En posición bípeda parecía más alto. Dispuso sus manos con las uñas mirando hacia el techo. Los colmillos asomaban sus puntas a través de una triunfal sonrisa. Prendió los ventiladores. Una vez estuvo la escayola seca, vistió el molde con la piel convenientemente encerada, pegando a ella con mucho cuidado  mechones de pelo allí donde fuese necesario. Aquel especímen era el ganador. Por eso lo había colocado en el número uno. En el dos estaba la madre, su esposa de Abel. En el tres, empatadas, sonreían las mellizas. El número uno solo tenía un ojo. Había perdido el izquierdo jugando con los nunchakus cuando crío. Ahora, desde el primer puesto del pódium le guiñaba un ojo. No había ninguna duda: el hijo del taxidermista, con su verde ojo derecho, era el ganador...

sábado, 4 de agosto de 2018

ACUARELA



Te diluyes
Tras el turquesa de la pintura
Que roba tu sonrisa
Te evaporas 
Como la nieve 
Haciéndose humo
Tras unos labios 
De mentira

Anda
Encuentra un rastro nuevo
Que revele 
Sin fin
Tus prejuicios.
Te prometeran 
El más brillante pedazo
De luna
Antes de pasearte 
Por el más profundo mar
Rumía entonces
Y vuelve si quieres
Libre
De todos los secretos

sábado, 21 de julio de 2018

BURBUJAS

BURBUJAS

Remė a contracorriente
Buscando unos ojos
Incoloros
Que pintar de verde
Azul avellana o mar
Superfluo atardecer
Inexplicable

Pues

Llevo conmigo el sueño
De un verso en cada beso
De tus dientes 
El cuento inacabado
De cada pulso
En la noche

Vienes a verme 
Desnuda
Sin ansia y con la piel
Caliente
Te muestro la magia
Sin truco
Y se nos lleva una ola
De tenue brisa
Colgándonos del cuello
De las golondrinas

En un espacio único
Que se pierde
Entre tus muslos
Que chorrean sin descanso
Cuando mi lengua
Enjabona el botón
De los temblores
Convulsa taquicardia
Señora de nuestras noches
Nube de polvo 
En los pestillos
Como único testigo 
La burbuja de un beso 
En tus pezones

sábado, 16 de junio de 2018

ISRAEL



La luna esconde su cara amable tras una neblina de gas mostaza. Nos mira y en su sonrisa tergiversa la luz, que se despliega en un arco iris de grises sin velo ni paz. Lloro abrazado a un hombre desconocido, un joven sin edad por haberla consumido toda en un instante. El momento del resplandor nos desenfocó y nuestras miradas se encontraron en medio del miedo. El terror avanzaba después sobre unas botas negras que levantavan nubes de polvo a cada paso. Los hombres gritaban y maldecían, nos maldecían, pegando los fusiles a sus mejillas  y falcándolos en sus hombros prietos de sol i arena. Por la mirilla nos veían, imagino, grandes y cercanos en el blanco y negro de la noche. Muecas en silencio  que tal vez  fueran las últimas de nuestra infancia. Mascullaban palabras de odio mientras jalaban el gatillo y caían con el retroceso. Se incorporaban y la nube roja de sus ojos fijos en mí refulgía en un átomo de maldad. El joven desconocido permanece ahora muy quieto y su abrazo se encoge frío sobre mi espalda. Cierro los ojos y espero. No sé rezar..  Parece mentira cuan rápidamente cae en la hipotermia un cadáver en esta tierra de santos...

Amanece

jueves, 15 de marzo de 2018

DESAMOR


Abre la puerta. Se descalza, zapatos, medias, falda. Se sumerge en la mullida piel del sofà y solloza abrazada al cojín. El alfėizar de la ventana reluce sonriendo a la luna, impertérrito. No hay tiestos ni flores ni enredaderas.  Dentro, sólo el fru-fru de la blusa  y el rastro de la ropa interior camino del baño. Agua caliente disolviendo sudor de mujer sin aliento, acogiendo las lágrimas de la tarde que huyen desagüe abajo arrastrando la esperanza y las últimas  palabras del traidor: “Vete, Justina, vete”.
Poseída por el vaho denso y acogedor se mece a escasos suspiros de la gloria en su  desamor. La despierta un estrépito en los cristales  y sale de la ducha trastabillando. Resbala en el pasillo, se incorpora y corre. En la ventana espera Rafi, revolver en mano, recreándose. “No lo hagas. Me fui, como quisiste”.“Para siempre, Justina, para siempre. He venido a ayudarte.” Se relame, siente un crujido en la  garganta y un vacío en los ojos, dolor. Se echa hacia atrás y cae, golpeando con el cráneo el grifo de la manguera, al césped. No ha oído el aterrador bufido.
“Bola, bolita mía, ven con mamá”. Justina toma la gata en sus brazos y la siente rornronear sobre sus pechos enjabonados.